Ni siquiera recuerdo la primera vez que estuve.
Surge un nacimiento,
una sensación total de los paisajes
y el agua. Transparencia,
alma y espejismo,
suspiro y fluorescencia
mi desde siempre, mi paz
mi suficiencia.
Inmanencia y fluidez, en un sitio. En las manos,
la inmensidad simula lo alcanzable,
el origen y el final de la percepción.
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